Bodas
Ximo le pide a Saray casarse con ella
He compartido uno de los momentos más especiales de la pareja formada por Ximo y Saray: La pedida de matrimonio de él a ella el pasado 14 de marzo.
Ximo vino una semana antes a decirme que iba a darle una sorpresa muy especial a su novia y quería inmortalizar el momento con un reportaje fotográfico. Me dijo que estaba profundamente enamorado de Saray, y que iba a pedirle que se casase con él. Sin testigos. En la intimidad, pero… ¡con mi cámara como testigo para inmortalizar el momento para el resto de sus vidas!
Nervioso y emocionado me contó que había encargado una gran pancarta con la frase «Saray, ¿Te quieres casar conmigo?» y que quería colgarla en un balcón del tercer piso de uno de los edificios de la Plaza del Ayuntamiento de Altea. Aproveché para aconsejarle que no era el lugar más idóneo. Primero porque si quería decírselo en la intimidad, precisamente en la plaza normalmente había mucha gente, y segundo porque si había que hacer las fotos del momento podría perderse el instante mágico de la sorpresa que iba a darle.
En nuestras conversaciones previas al «gran momento», le pregunté a Ximo si había pensado qué decirle a Saray cuando yo apareciera con la cámara. Me dijo que no lo sabía, pero tambien me comentó que habían alquilado un piso y que en poco tiempo se iban a vivir juntos. Esta decisión fue la que yo le insinué como uno de los motivos para hacerse unas fotos de pareja y que el reportaje sirviera para decorar su casa con imágenes de los dos. Además, le sugerí que la pancarta se colgara en otro sitio más íntimo donde, fuera de ojos indiscretos, tambien sería ideal para pedirle el matrimonio.
A Saray no la conocía personalmente y le pedí a Ximo que me la presentara dos días antes del reportaje para conocernos y hablar sobre las fotos de los dos. Cuando vino a mi estudio, ella pensaba que se harían unas fotos de estudio pero cuando le dije que pensaba que era mejor hacerles unas fotos por el casco antiguo de Altea, a ella le encantó la idea aunque tambien me dijo que es vergonzosa y que no quería ser el centro de las miradas de la gente. La tranquilicé y le dije que no se preocupara de nada y que disfrutara de la compañía de su Ximo.
El día del reportaje salió nublado, pero no fue impedimento para la felicidad de la pareja. Estuvimos callejeando por el casco antiguo y en uno de los momentos les propuse ir a un pequeño descampado cercano para hacerles fotos enmedio de la Naturaleza. Ximo era conocedor de lo que se avecinaba y en su cara se notaba la emoción. En esta complicidad colaboró mi hija Yolanda, organizadora de eventos, que preparó la pancarta a escondidas colgándola en una caseta de madera mientras seguia haciéndoles fotos a la pareja por el campo. Al final llegó la sorpresa que con tanta ilusión había preparado Ximo para su amada Saray. Y allí, entre lloros y abrazos, decidieron la fecha de la boda: el 10 de octubre del año que viene.
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